Autores, ellos llenan mi vida.

"Bueno, pues casi me alegro de que hayan inventado la bomba atómica. Si alguna vez hay otra guerra pienso sentarme justo encima de ella. Me ofreceré voluntario, lo juro por Dios".
- J. D. Salinger, El Guardián entre el Centeno.

"Si diesen titulación en pérdida de allegados, a estar alturas yo tendría un jodido doctorado".
- Irvine Welsh, Trainspotting.

"Cierto es que la cultura ha elevado la personalidad del hombre".
- Oscar Wilde, De Profundis.

"As palabras son costuras".
- An Alfaya, A sombra descalza.

"El dolor es una herida que sangra en cuanto la roza cualquier mano que no sea la del amor, y que sangra, aunque ya sin sufrir, cuando ésta la toca".
- Oscar Wilde, De Profundis.

"¿Cómo puede sentir una terror de alguien que te ha besado y besado... y llamado amor y cariño y su princesa? ¿Y que ha reído contigo con mirada traviesa? ¿Y que te ha abrazado cuando estabas asustada, diciéndote que no había nada de lo que tener miedo, no mientras él estuviese allí? ¿Alguien a quien sólo tenías que echar una mirada para saber en qué pensaba? ¿Alguien que te ha protegido, sin importarle el precio que tuviera que pagar, durante días y días?
Le conozco. Conozco sus defectos, pero también sé cómo es por dentro. Y no es lo que quiere que la gente piense que es. No es frío, ni arrogante, ni cruel. Ésas son fachadas que utiliza para ocultarse, como si fueran disfraces".
- L. J. Smith, Damon: Medianoche (Crónicas Vampírias VII).

"El sufrir es muy largo, y no puede dividirse por las estaciones del año. Solo nos es posible señalar su presencia y advertir su retorno".
- Oscar Wilde, De Profundis.

"Las noches eran maravillosas y nos bastaba un poco de contacto para ser felices. Además de los momentos de placer, teníamos mil pequeños modos de amarnos; y cuando no estábamos juntos, intentábamos transmitirnos nuestros pensamientos. Lo lográbamos algunas veces, tal vez porque habíamos pensado idéntica cosa al mismo tiempo".
- Ernest Hemingway, Adiós a las armas.

"La terrible alquimia del egoísmo te hacía transformar en irritación tus remordimientos".
- Oscar Wilde, De Profundis.

"- No odio tanto a Damon - declaró -. Incluso puede que le deje vivir. -Sus ojos se entrecerraron y luego se abrieron de par en par con una idea -. Escucha, Damon - dijo confidencialmente-. Tú no eres tan estúpido como Stefan. Tú sabes como son las cosas en realidad. Te he oído decirlo. He visto las cosas que has hecho. - Se inclinó hacia adelante -. Me he sentido sola desde la muerte de Klaus. Podrías hacerme compañía. Todo lo que tienes que hacer es decir que me quieres más a mí. Luego, una vez que los haya matado, nos iremos lejos. Incluso puedes matar tú a la chica si quieres; te dejaré hacerlo. ¿Qué te parece?
«Dios mío», pensó Elena, sintiéndose enfermar de nuevo. Los ojos de Damon estaban puestos en los enormes ojos azules de Katherine; parecía escudriñar el rostro de la joven. Y la enigmática expresión divertida había regresado a su rostro. «Dios mío, no -pensó Elena-. Por favor, no...»
Lentamente, Damon sonrió.

[...]

Elena contempló a Damon con mudo pavor. Conocía muy bien aquella sonrisa inquietante. Pero al mismo tiempo que se le caía el alma a los pies, su mente le lanzó una burlona pregunta. ¿Y qué diferencia había? Stefan y ella iban a morir de todos modos. Era totalmente sensato que Damon eligiera salvarse. Y era un error esperar que fuera contra su naturaleza.
Contempló aquella hermosa y caprichosa sonrisa con un sentimiento de pena por lo que Damon podría haber sido.
Katherine le devolvió la sonrisa, encantada.
- Seremos muy felices juntos. Una vez que estén muertos, te soltaré. No era mi intención lastimarte, no en realidad. Simplemente, me enojé. - Alargó una mano delgada y le acarició la mejilla-. Lo siento.
-Katherine -dijo él, y seguía sonriendo.
-Sí. -La muchacha se inclinó más hacia él.
-Katherine...
-¿Sí, Damon?
-Vete al infierno".
- L. J. Smith, Furia (Crónicas Vampíricas III).

"Tengo la impresión de que el propio Gatsby nunca creyó que llegase; quizá ya no le importaba. Si esto era cierto, debía pensar que había perdido su cálido y viejo universo. Había pagado muy alto precio por haber vivido demasiado tiempo con un solo sueño. Debió contemplar un cielo desconocido entre amedrentadoras horas, y debió estremecerse al darse cuenta de lo grotesca que es una rosa, y de cuán cruda era la luz del sol sobre la hierba recién nacida. Un nuevo Universo material, sin llegar a ser real, donde los pobres fantasmas respiraban sueños".
- F. Scott Fitzgerald, El gran Gatsby.

"El que anhela una careta, no tiene más remedio que llevarla".
- Oscar Wilde, De Profundis.

"- Exquisito - dijo -. Increíble. Vaya, pero si eres...
"Eso, dime que soy una botella de whisky de malta - pensó ella -. Ése es el camino a mi corazón"".
- L. J. Smith, Damon: El Retorno (Crónicas Vampíricas V).

"Be yourself; everyone else is already taken".
- Oscar Wilde.

"Mostré mi obra maestra a las personas mayores y les pregunté si mi dibujo les daba miedo. Me contestaron: “¿Por qué un sombrero podría dar miedo?”. Mi dibujo no representaba un sombrero. Representaba una serpiente boa que digería un elefante".
- Antoine de Saint-Exupéry, El Principito.

"Ten cuidado con lo que deseas, se puede convertir en realidad."
- Oscar Wilde, El famoso cohete, cuento.

"Cuando acabó la cosa esa de Navidad, empezó una porquería de película. Era tan horrible que no podía apartar la vista de la pantalla. Trataba de un inglés que se llamaba Alec o algo así, y que había estado en la guerra y había perdido la memoria. Cuando sale del hospital, se patea todo Londres cojeando sin tener ni idea de quién es. La verdad es que es duque, pero no lo sabe. Luego conoce a una chica muy hogareña y muy buena que se está subiendo al autobús. El viento le vuela el sombrero y él se lo recoge. Luego va con ella a su casa y se ponen a hablar de Dickens. Es el autor que más les gusta a los dos. El lleva siempre un ejemplar de Oliver Twist en el bolsillo y ella también. Sólo oírlos hablar ya daba arcadas. Se enamoran en seguida y él la ayuda a administrar una editorial que tiene la chica y que va la mar de mal porque el hermano es un borracho y se gasta toda la pasta. Está muy amargado porque era cirujano antes de ir a la guerra y ahora no puede operar porque tiene los nervios hechos polvo, así que el tío le da a la botella que es un gusto, pero es la mar de ingenioso. El tal Alec escribe un libro y la chica lo publica y se vende como rosquillas. Van a casarse cuando aparece la otra, que se llama Marcia y era novia de Alec antes de que perdiera la memoria. Un día le ve en una librería firmando ejemplares y le reconoce. Le dice que es duque y todo eso, pero él no se lo cree y no quiere ir con ella a ver a su madre ni nada. La madre no ve ni gorda. Luego la otra chica, la buena, le obliga a ir. Es la mar de noble. Pero él no recobra la memoria ni cuando el perro danés se le tira encima a lamerle, ni cuando la madre le pasa los dedazos por toda la cara y le trae el osito de peluche que arrastraba él de pequeño por toda la casa. Al final unos niños que están jugando al crickett le atizan en la cabeza con una pelota. Recupera de golpe la memoria y entonces le da un beso a su madre en la frente y todas esas gilipolleces. Pero entonces empieza a hacer de duque de verdad y se olvida de la buena y de la editorial. Podría contarles el resto de la historia, pero no quiero hacerles vomitar. No crean que me lo callo por no estropearles la película. Sería imposible estropearla más. Pero, bueno, al final Alec y la buena se casan, el borracho se pone bien y opera a la madre de Alec que ve otra vez, y Marcia y él empiezan a gustarse. Terminan todos sentados a la mesa desternillándose de risa porque el perro danés entra con un montón de cachorros. Supongo que es que no sabían que era perra. Sólo les digo que si no quieren vomitar no vayan a verla".
- J. D. Salinger, El Guardián Entre El Centeno.

"Todos matan lo que aman; unos los hacen con una mirada amarga, otros con una palabra halagadora; el cobarde, con un beso; el valiente, con una espada".
- Oscar Wilde, La balada de la cárcel de Reading.

"Un hombre puede ser destruído, pero NUNCA derrotado".
- Ernest Hemingway, Adiós a las armas.

"Los corazones viven por sus heridas. El placer puede petrificar un corazón, la riqueza puede endurecerlo; pero el dolor...oh, ¡el dolor no puede destrozarlo!".
- Oscar Wilde, Una mujer sin importancia.

"Caminaba ella delante tan leve y tan erguida que él deseó caerle detrás sin ruido, tomarle por los hombros y decirle al oído algo tonto y afectuoso. Le parecía tan frágil que quería defenderla de cualquier cosa para luego quedarse solo con ella".
- James Joyce, Dubliners.

"El primer deber que hay en la vida de una mujer es complacer a su modista. En cuanto al segundo..., no lo ha descubierto nadie todavía".
- Oscar Wilde, Un marido ideal.

"No hay vergüenza en el mundo que no pueda curar un poco de palique y algo de priva".
- Irvine Welsh, Trainspotting.

"Siempre se puede ser bueno con personas que no nos importan nada".
- Oscar Wilde, El retrato de Dorian Gray